LA CEOE PIDE ACABAR CON LA MODERACION SALARIAL

El vicepresidente de CEOE afirma que hay que “relajar un poco el cinturón” de la moderación salarial y que combatiendo el fraude las cuentas de la Seguridad Social se incrementarían con miles de millones de euros.

Parece ser que al fin se han dado cuenta que los “esclavos” no pueden consumir productos del mercado porque carecen de salario.

Las reformas laborales aprobadas por los últimos Gobiernos han conseguido una depreciación salarial de tal magnitud que hoy en día muchos trabajadores no llegan a fin de mes y sobreviven en una situación de subsistencia.

La salvación de empresas que han propiciado las últimas reformas laborales se han realizado a base de reducir los costes de producción en materia salarial enviando a miles de trabajadores al desempleo y reduciendo las condiciones laborales, económicas y sociales de los que no se despedían con el consiguiente incremento de productividad.

Es decir, se ha cargado sobre las espaldas de los trabajadores el coste de la crisis y el precio por incrementar los beneficios empresariales.

Ahora, los empresarios temen al futuro ante la incertidumbre de la política social del próximo Gobierno. Lógico, desde hace años se han instalado en la comodidad de una supuesta paz social conseguida a costa de los derechos laborales. Y lo lamentable no es que los empresarios hayan “apretado las tuercas” a los trabajadores, lo lamentable es que lo han hecho con la complicidad de los sindicatos mayoritarios de este país.

Por desgracia para los trabajadores, los sindicatos mayoritarios se han transformado de herramientas para la mejora de los derechos de los trabajadores en gestores del paro y la miseria, siendo colaboradores necesarios en el espolio a los trabajadores.

No se trata de reformar la reforma laboral, no se trata de cambiar cuatro artículos de segundo orden, se trata de derogar las últimas reformas laborales para devolver el equilibrio necesario entre las tres fuerzas que intervienen en el mercado de trabajo: la Autoridad laboral -como árbitro imprescindible y necesario-, los empresarios –como inversores del capital necesario para el proceso productivo- y los trabajadores –como la mano de obra necesaria para desarrollar la producción.

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