NEGOCIACIÓN COLECTIVA VIII

CONVENIO FIRMADO. NO NOS REPRESENTAN

 

Tal y como desde STC ya habíamos anticipado, el pasado viernes finalmente se produjo el acto postrer y definitorio de la escenificación de negociación colectiva, que tantas emociones y momentos de intriga –ficticia por supuesto- nos ha deparado en estas últimas semanas; El desenlace final –ya sospechado- ha tenido por epílogo la perpetración de la firma del II CEV. Los actores y colaboradores necesarios han sabido mantener la tensión narrativa hasta el final, como en las plataformas de series en internet.

El único problema es que aquí todo el público había visto ya esta película –y no una sola vez-, y todos conocíamos la trama e incluso el final, ya anunciado, sin necesidad de “spoilers” ni nada.

Finaliza una supuesta negociación en la que los temas abordados y los tiempos del “story-board” han venido marcados única y exclusivamente por la empresa. La endémica falta de iniciativas y de propuestas de que han hecho gala los sindicatos socios de la empresa se han puesto de manifiesto con toda su crudeza en un texto final en el que los logros para los trabajadores brillan por su ausencia. Las mejoras anunciadas con pífanos y fanfarrias por estos entes negociantes tienen la misma solidez que el humo, ya que no son otra cosa que las propuestas de la empresa asumidas al ciento por ciento –formación, teletrabajo, PSI, garantía de empleo, jubilación forzosa, etc-. Todo aquello que la empresa ya ofrecía con el objetivo –poco disimulado- de cumplir sus objetivos búrsatiles y financieros.

En esta negociación los trabajadores no han ganado absolutamente nada. No hay ningún avance en derechos laborales y a duras penas se mantendrá el poder adquisitivo –si hay suerte-. Y lo cierto es que ya no nos creemos sus escenificaciones negociadoras, ni sus trampantojos de “convenios éxitosos arrancados a la malvada patronal”. Nos llevan a engaño y lo hacen con absoluta desenvoltura y desparpajo.

Se habla de igualdad, pero se discrimina a los trabajadores en razón de su edad, pues este convenio “echa” de la empresa a compañeros por incurrir en el grave “delito” de tener 65 años cumplidos, y se les jubilará forzosamente. Este es un logro sin precedentes de los sindicatos socios de la empresa para sus propios voceros, que airean la posible contratación a cambio de jóvenes precarios… del nivel 1 –magro nivel salarial que también ellos firmaron-. Ellos llaman éxito negociador en la prensa económica, lo que a nosotros nos parece felonía.

Se perpetua la discriminación en el asunto de los complementos de insularidad o destino; no se incluye la obligación de pago del acelerador para los antiguos O.T., ni el compromiso de pago del plus de conducción para todos los O.C.; se consolida además el ejercicio de prestidigitación negociadora que ha hurtado el derecho de cobro de los años de servicios prestados para los compañeros que –por temor inducido a perder lo generado- liquidaron y renunciaron a sus expectativas en su día.

A más a más, firman un PSI en Telefónica al gusto de la patronal de la Ronda de las Comunicaciones; un PSI que supone realmente una cuasi extinción laboral, pero que carece de las exenciones fiscales, ni garantías legales ante cambios normativos futuros de las leyes reguladoras de la jubilación. Tanto es así que parece que el PSI, es una especie de ERE de la Señorita Pepis, un ERE de segunda división, diseñado al gusto e interés de la patronal y de sus sindicatos asociados. Sorprendentemente estos mismos sindicatos firman estos ERES con todas las garantías legales en el sector de banca y además alardean de ello. Para ellos por lo que parece, los telefónicos y telefónicas somos trabajadores de segunda… no merecemos las garantías y excelentes condiciones que exigen y firman en el sector de banca.

Nada se dice de los derechos de los fuera de convenio, trabajadores como todos los demás, pero sin derechos de convenio y cuyo destino sigue en todo momento en las ambiciosas manos de la dirección de la empresa.

Por todo esto ya no nos creemos sus cacareados logros, que son únicamente las miserables migajas caídas de la mesa negociadora, donde eso sí los sindicatos socios, una vez más, parecen haberse puesto, como decía el castizo, “de grana y oro”.

Desde luego a nosotros NO NOS REPRESENTAN.

Afíliate a STC. Sindicato que no hipoteca tus derechos.

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