En plena Guerra Civil, el 12 de Octubre de 1936, el rector de la universidad de Salamanca, don Miguel de Unamuno, asistía al acto de inauguración del curso en dicha institución en la que pronunciaban discursos diversos invitados, entre ellos un conocido militar del bando sublevado, el general Millán Astray, que imbuido del espíritu de dichas circunstancias históricas y al calor de la controversia, realizó afirmaciones tales como “¡muera la inteligencia!” -entre otras de similar cariz-. No pudo contenerse Don Miguel –hombre de temperamento efervescente-, y con su fino ingenio vino a responderle, “venceréis pero no convenceréis”, expresando ante la ilógica de tales afirmaciones, que la razón del ejercicio del poder podrían en efecto llevar a la victoria, aplastando y arrasando, pasando por encima de todo justo argumento, pero difícilmente conducirían a ganar ni las mentes, ni los corazones del pueblo.
Traemos estos hechos a colación, a raíz de las laudatorias afirmaciones realizadas desde la presidencia del Comité Inter-centros en su última sesión, en el sentido de aplaudir y congratularse de forma explícita de la gestión de la Comisión de Control de nuestro Plan de Pensiones. Se afirmó allí que dicha gestión ha sido poco menos que el tarro de las esencias de la gestión económica y actuarial de patrimonios, algo fuera de lo común y merecedor de todo tipo de parabienes… y no le faltaron palmeros. Lo cierto y verdad es que con los datos de nuestro plan pensiones en la mano, estas afirmaciones no es que sean aventuradas, es que contradicen de forma absoluta los datos y los números reales que ofrece la rentabilidad de nuestro Plan, gestionado por ellos. Es por tanto afirmación que se encuentra a años-luz de la verdad, constituyendo un insulto a la inteligencia.
Todos y cada uno de vosotros lo podéis comprobar observando los datos de la magra rentabilidad de los resúmenes trimestrales, y así viene siendo, de mal en peor un año tras otro. La nefasta gestión realizada por la Comisión de Control, donde sólo están representados, la empresa y sus sindicatos socios, nos muestra las vergüenzas de una gestión lamentable, que sitúa a nuestro Plan de Pensiones en uno de los de peor rentabilidad de toda España. Estos son los hechos, lo demás es gritar a todo pulmón: ¡MUERA LA INTELIGENCIA!… ya no engañan a nadie, que no quiera dejarse engañar. ¡¡VENCERÉIS PERO NO CONVENCERÉIS!!
De otra parte, en dicha sesión del Inter-centros se proclamó la lista de los representantes que de forma absurda y antidemocrática se designa por el Comité Inter-centros, hurtando el derecho a votar y decidir en esta cuestión tan trascendental a todos y cada uno de los partícipes en el Plan. Obviamente todos los representantes elegidos corresponden a los sindicatos socios de la empresa en el “negocio” del Plan de Pensiones, ya que lo que para nosotros es cuestión de supervivencia, para ellos es sólo eso… “negocio”.
A esto le llaman representación democrática y legal, pero ni es representativa, ni es democrática y difícilmente puede calificarse de legal, más bien expele cierto tufillo totalitario. Esto supone gritar de nuevo: ¡MUERA LA INTELIGENCIA!… pero ya no nos engañan… ¡¡VENCERÉIS PERO NO CONVENCERÉIS!!
En efecto, aquí también la razón del ejercicio del poder –tenga este el origen que tenga-, y más cuando se impide votar a los partícipes, puede avasallar con energía, puede ganar, pero difícilmente las afirmaciones falaces e ilógicas podrán nunca ganar las mentes, ni los corazones. Sólo pueden engañar a quien está dispuesto a dejarse engañar, y desde luego nosotros no lo estamos; y estamos seguros que tú tampoco lo estás.
