PRÓRROGA CONVENIO. TENEMOS LO QUE QUEREMOS

El filósofo Ludwig Feuerbach dijo en una de sus obras “somos lo que comemos”, Buda nos invitaba a reflexionar con la frase “somos lo que pensamos”, un proverbio español de origen bíblico afirma “por sus obras les conoceréis” y con menos abolengo que las tres anteriores encontramos la prosaica expresión “somos el fruto de lo que sembramos” que no necesita mayor profundidad explicativa. Cuatro frases de las muchas que existen que nos recuerdan que las acciones pasadas influyen, formatean y se manifiestan en la realidad que hoy percibimos. De igual manera, el convenio de Telefónica – ahora llamado CEV – no es ajeno a esa influencia. Las acciones pretéritas han encaminado la prórroga el convenio hasta la realidad que hoy tenemos. 

Desde STC hemos hecho valoración de algunos apartados de la prórroga del Convenio en nuestros anteriores tres comunicados. En esta ocasión nos vamos a centrar en los motivos que han dado como consecuencia que prácticamente nadie, excepto lo actores de la prórroga, esté satisfecho con el resultado.

El primer motivo es la sobreactuación. Presentar con aspavientos un acuerdo mediocre no solo es poco realista, sino que hace perder credibilidad al que te está intentando convencer de lo contrario. Incluso podrías llegar a pensar, en el mejor de los casos, que pudiera ser una broma, o aún peor, que te intentan hacer luz de gas.

El segundo motivo es la orquestación. Nunca el desarrollo de una negociación se informó en comunicados que podrían leerse simultáneamente en voz alta y no generarían ruido, sino armonía, como una orquesta bien dirigida. La total ausencia de discrepancias es sobrecogedora.

El tercer motivo es la fragmentación (de la Representación de los Trabajadores). En la mesa negociadora los trabajadores estamos en debilidad. En esa mesa, la Empresa se sienta con TODOS sus representantes, sin embargo, la RRTT solo representa a algo mas de la mitad de los trabajadores, lo que nos sitúa en clara desventaja frente a la Empresa. Aquí tuvo mucho que ver la psicología de la Empresa para convencer a sus socios sindicales de las bonanzas del formato actual (y también la codicia de los sindicatos para quedarse con todo el pastel). La empresa consiguió sentar a la mesa solamente a quien ella deseaba. Sabiendo que los intereses de la empresa son los mismos que los de los trabajadores las consecuencias se pueden prever con facilidad.

El cuarto y no menos importante motivo es la responsabilidad. Hace dos años se celebraron elecciones sindicales y las urnas dijeron mayoritariamente que la plantilla prefería el sistema vigente, sólo con los dos sindicatos preferidos por la Empresa negociándolo todo y con el modelo CEV alejado de los foros de los trabajadores. Nada que decir si consideramos que “Tenemos lo que queremos”, por lo menos lo que quiere la mayoría.

Cambiar las cosas SÍ es posible. El cambio puede venir por un vuelco electoral, por eliminar las mesas alejadas de los trabajadores, por permitir voces críticas, por empoderar a la RRTT en las negociaciones con todos los representantes estatales o por no decirle si a todo a la empresa. Existen más fórmulas para cambiar la realidad, otra cosa es que se desee cambiar. De aquellos polvos, vienen estos lodos.

Entradas relacionadas

Scroll al inicio